Se denomina equipo de protección individual (EPI) a cualquier elemento destinado a ser llevado o sujetado por un trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud durante el desarrollo de su trabajo, así como a cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin.
¿QUÉ TIPOS EXISTEN?.
Los EPI se pueden clasificar en función de la zona del cuerpo a la que protegen:
Protectores de la cabeza (cascos de seguridad; cascos de protección contra choques e impactos; prendas de protección para la cabeza como gorros, gorras, etc.).
Protectores del oído (protectores auditivos tipo “tapones”; protectores auditivos tipo “orejeras”, cascos antiruido, etc.).
Protectores de los ojos y la cara (gafas de montura “universal”; gafas de montura “integral”; gafas de “cazoleta”; pantallas faciales; pantallas para soldadura; etc.).
Protectores de las vías respiratorias (equipos filtrantes de partículas; equipos filtrantes de gases y vapores; equipos filtrantes mixtos; equipos aislantes del aire libre; equipos aislantes con suministro de aire; equipos de submarinismo; etc.).
La seguridad laboral es un tema importante en cualquier lugar de trabajo, especialmente en aquellos en los que se manejan maquinarias pesadas o se realizan tareas que puedan representar un riesgo para la integridad física de los trabajadores. En este sentido, la selección adecuada de los equipos de protección individual (EPIs) para cabeza es fundamental para garantizar la protección de los trabajadores en caso de accidentes.
Los EPIs para cabeza incluyen cascos y protectores de ojos.
Los cascos son un elemento de protección esencial en cualquier lugar de trabajo en el que exista el riesgo de caídas de objetos o golpes en la cabeza. Los protectores de ojos son necesarios cuando se manipulan materiales que pueden provocar lesiones oculares, como salpicaduras de productos químicos o partículas en suspensión.
Para seleccionar adecuadamente los EPIs para cabeza, es necesario tener en cuenta algunos aspectos fundamentales:
Identificación de los riesgos: Es importante realizar una evaluación de los riesgos presentes en el lugar de trabajo para identificar qué EPIs son necesarios. En el caso de los cascos, se deben considerar los riesgos de caídas de objetos, golpes, y lesiones por impacto. Para los protectores de ojos, se deben considerar los riesgos de exposición a sustancias químicas, radiaciones, y partículas en suspensión.
Selección del equipo: Es importante seleccionar un equipo que cumpla con los estándares de seguridad y calidad. Los cascos y los protectores de ojos deben cumplir con las normativas establecidas en cada país o región.
Tamaño y ajuste: El casco o el protector de ojos debe ser adecuado al tamaño y la forma de la cabeza del trabajador para garantizar la protección adecuada. Es importante que el casco se ajuste bien a la cabeza y no se mueva, pero sin ser demasiado ajustado. Los protectores de ojos también deben ser cómodos y ajustarse bien a la cara del trabajador.
Comodidad: Es fundamental que los EPIs sean cómodos para que los trabajadores puedan usarlos durante todo el tiempo que sea necesario. Los cascos y los protectores de ojos deben ser ligeros y no interferir con el movimiento normal de la cabeza y la vista del trabajador.
Mantenimiento: Es importante mantener los EPIs para cabeza en buen estado. Los cascos deben ser inspeccionados regularmente para asegurarse de que no tengan grietas o daños. Los protectores de ojos deben ser limpiados regularmente para evitar que se acumulen partículas de polvo u otros materiales que puedan afectar la visión del trabajador.
Normas armonizadas
- Uso industrial general
EN 397:2012+A1:2012, Cascos de protección para la industria.
“Los cascos de protección para la industria están previstos, fundamentalmente, para proporcionar protección al usuario contra objetos que pudieran caer y las lesiones del cerebro y fracturas de cráneo consiguientes”.
EN 812:2012, Cascos contra golpes para la industria.
“Los cascos de protección contra choques están destinados a proteger al usuario de los mismos de los efectos de golpes de su cabeza contra objetos duros e inmóviles, lo suficientemente fuertes como para provocar laceraciones u otras lesiones superficiales. No están destinados a proteger de los efectos derivados de la caída o proyección de objetos ni de cargas suspendidas o en movimiento.”
EN 14052:2012+A1:2012, Cascos de altas prestaciones para la industria.
“Los cascos de altas prestaciones para la industria, tal y como se especifican en esta norma europea, están destinados a proporcionar al usuario una protección contra la caída de objetos y los impactos fuera de la cima, así como contra las lesiones cerebrales, las fracturas del cráneo y las lesiones del cuello que resulten de ellos.”
- Aplicaciones especiales
UNE-EN 443:2009, Cascos para la lucha contra el fuego en los edificios y otras estructuras
UNE-EN 50365:2003, Cascos eléctricamente aislantes para uso en instalaciones de baja tensión
La protección de la cabeza en el lugar de trabajo es fundamental para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores. La cabeza es una parte vital del cuerpo humano y, por lo tanto, requiere una protección adecuada en situaciones de riesgo.
Los motivos por los cuales debemos proteger nuestra cabeza en el trabajo son muchos y variados. En primer lugar, la cabeza es vulnerable a lesiones graves como fracturas de cráneo, contusiones cerebrales, lesiones en los ojos y en el oído interno, entre otras. Estas lesiones pueden ser causadas por la caída de objetos, la proyección de fragmentos, la exposición a altos niveles de ruido, entre otros riesgos.
En segundo lugar, algunos trabajos implican estar en contacto con sustancias químicas, gases, vapores y partículas que pueden afectar gravemente la salud de las personas, incluyendo la cabeza. En este caso, los trabajadores deben usar cascos y protectores de ojos que les protejan de estos riesgos y minimicen el impacto en su salud.
En tercer lugar, hay trabajos que implican la exposición a altas temperaturas, como en la fundición, la soldadura, la manipulación de materiales calientes, entre otros. En estas situaciones, el uso de cascos y protectores de ojos adecuados es esencial para prevenir quemaduras y daños en la piel y los ojos.
Por último, no se deben subestimar los riesgos de accidentes laborales. Aunque pueden ser imprevisibles, debemos estar preparados para minimizar sus efectos. El uso de cascos y protectores de ojos puede hacer la diferencia entre sufrir lesiones graves o salir ileso de una situación de riesgo.
Los protectores oculares y faciales se subdividen, en función de la zona protegida, en:
A continuación analizan los principales elementos de ambos grupos:
Gafas de protección: Se clasifican en función del/los riesgo/s contra el que pretenden proteger (algunos de los cuales precisan que sean estancas):
Los oculares pueden clasificarse en función de:
Existen fundamentalmente dos tipos de montura:
Pantallas de protección:
Podemos diferenciar tres tipos de pantallas de protección:
(a) Pantalla facial.- Cubre la totalidad o una parte del rostro.
(b) Pantalla de mano.- Pantallas faciales que se sostienen con la mano. (c) Pantalla facial integral.- Además de los ojos, cubren cara, garganta y cuello, pudiendo ser llevados sobre la cabeza bien directamente, bien mediante un arnés de cabeza o con un casco protector.
Al igual que las gafas se clasifican en función del riesgo/s contra el que pretenden proteger (algunos de los cuales precisan que sean estancas):
El visor puede ser de materiales muy variados (plástico, malla de alambre, malla textil, etc.) y se clasifican, al igual que los oculares de las gafas en tres clases ópticas.
Aparte del marcado “CE” los oculares y las monturas pueden llevar diversas marcas recogidas en normas armonizadas europeas, que deben venir explicadas en las instrucciones. A continuación se incluye una relación de las mismas:
A) Marcado de los oculares:
(1) Identificación del fabricante.
(2) Clase óptica. Los cubrefiltros siempre deben ser de clase 1. Para el resto de oculares, cualquiera de las tres clases ópticas mencionadas anteriormente es válida.
(3) Clase de protección. Esta marca es obligatoria y exclusiva de los oculares filtrantes. Se compone de dos elementos, número de código (que nos indica el tipo de radiaciones para las que es utilizable el filtro) y grado de protección (es un indicador del “oscurecimiento”, que da una idea de la cantidad de luz visible que deja pasar), que se anotan separados por un guión. A continuación se incluyen los números de código existentes:
(4) Resistencia mecánica. Se utiliza alguno de los símbolos siguientes:
(5) No adherencia del metal fundido y resistencia a la penetración de sólidos calientes. Los oculares que satisfacen este requisito van marcados con el número 9.
(6) La resistencia al deterioro superficial por partículas finas se marca con la letra K.
(7) Resistencia al empañamiento. Se marca con la letra N.
(8) Al objeto de situar de cara al exterior las capas de los oculares laminados que se pueden romper de forma peligrosa, estos oculares deben ser identificados con una señal en la parte nasal de la cara anterior para evitar un montaje incorrecto.
B) Marcado de la montura:
(1) Identificación del fabricante.
(2) Número de la norma europea EN 166.
(3) Campo de uso
(4) Resistencia al impacto de partículas a gran velocidad:
La elección de un equipo protector ocular y/o facial requiere un conocimiento amplio del puesto de trabajo y de su entorno. Por ello, en la mayoría de los casos, la elección debe ser realizada por personal capacitado.
A continuación se incluyen algunas recomendaciones de interés, a la hora del proceso de selección:
Los protectores con oculares de calidad óptica baja (2 y 3) sólo deben utilizarse ocasionalmente.
Si el usuario se encuentra en zona de tránsito o necesita percibir cuanto ocurre en una amplia zona, deberá utilizar protectores que reduzcan poco su campo visual periférico.
La posibilidad de movimientos de cabeza bruscos, durante la ejecución del trabajo, implicará la elección de un protector con sistema de sujeción fiable. Ello puede conseguirse con un ajuste adecuado o con elementos accesorios (goma de sujeción entre las varillas de las gafas) que aseguren la posición correcta del protector y eviten desprendimientos fortuitos.
El calor y la humedad favorecen el empañamiento de los oculares. También lo hacen el esfuerzo continuado o la adopción de posturas incómodas, que provocan sudoración. Este es un problema de muy difícil solución, aunque puede mitigarse con una adecuada elección de la montura, material de los oculares y protecciones adicionales (uso de productos antiempañantes, etc. ).
Cuando los oculares de protección contra radiaciones queden expuestos a salpicaduras de metal fundido, su vida útil se puede prolongar mediante la utilización de antecristales o cubrefiltros, los cuales, tal y como se especificó anteriormente, deberán siempre ser de clase óptica 1.
¿QUÉ SON Y CÓMO ACTÚAN?.
Se denomina protectores auditivos a aquellos equipos de protección individual que, debido a sus propiedades para la atenuación de sonido, reducen los efectos del ruido en el aparato auditivo, minimizando así los daños en el oído.
Existen varios tipos:
Orejeras.- Consisten en casquetes que cubren las orejas y que se adaptan a la cabeza por medio de almohadillas blandas, generalmente rellenas de espuma plástica o líquido. Los casquetes se forran normalmente con un material que absorbe el sonido. Están unidos entre sí por una banda de presión (arnés), por lo general de metal o plástico. A veces se fija a cada casquete, o al arnés cerca de los casquetes, una cinta flexible. Esta cinta se utiliza para sostener los casquetes cuando el arnés se lleva en la nuca o bajo la barbilla.
Orejeras acopladas a casco.- Consisten en casquetes individuales unidos a unos brazos fijados a un casco de seguridad. Los mismos son regulables de manera que puedan colocarse sobre las orejas cuando se requiera.
Tapones . - Son protectores auditivos que se introducen en el canal auditivo o en la cavidad de la oreja, destinados a bloquear su entrada. A veces
vienen provistos de un cordón interconector o de un arnés.
Cascos anti-ruido.- Son cascos que recubren la oreja, así como una gran parte de la cabeza. Permiten reducir además de la transmisión de ondas acústicas a través del oído, la transmisión de ondas acústicas aéreas a la cavidad craneana, disminuyendo así la conducción ósea del sonido al oído interno.
Es necesario tener en cuenta que la utilización de protectores puede dar lugar a la aparición de nuevos riesgos como los derivados una identificación insuficiente de las señales acústicas y a una comprensión insuficiente de las palabras (uso del equipo).
La elección de un equipo protector auditivo requiere un conocimiento exhaustivo del ambiente acústico (nivel y frecuencia del ruido) del puesto de trabajo, así como de su entorno. Por ello, la elección debe ser realizada por personal capacitado.
A continuación se incluyen algunas recomendaciones de interés, a la hora del proceso de selección:
Una vez caracterizado el ambiente sonoro (nivel y frecuencia del ruido) se pueden estudiar los modelos disponibles en el mercado. El protector auditivo deberá elegirse de modo que reduzca la exposición al ruido a un límite admisible.
Usar un protector auditivo no debe mermar la percepción del habla, de señales de peligro o de cualquier otro sonido o señal necesarios para el ejercicio correcto de la actividad. En caso necesario, se pueden buscar protectores “especiales”: aparatos de atenuación variable según el nivel sonoro, de atenuación activa, de espectro de debilitación plano en frecuencia, de recepción de audiofrecuencia, etc.
Durante el proceso de selección se debe tener en cuenta el folleto informativo del fabricante. El mismo contiene datos útiles referentes a: almacenamiento, uso, limpieza, mantenimiento, desinfección, accesorios, piezas de repuesto, clases de protección, fecha o caducidad, explicación de las marcas, etc.
El protector debe elegirse en función del entorno laboral para que la eficacia sea satisfactoria y las molestias mínimas. A tal efecto, se preferirán:
a) Los tapones auditivos, para un uso continuo, en particular en ambientes calurosos y húmedos, o cuando deban llevarse junto con gafas u otros protectores.
b) Las orejeras o los tapones unidos por una banda, para usos intermitentes.
c) Las orejeras para tareas desarrolladas en ambientes sucios (por motivos higiénicos).
d) Los cascos antiruido o la combinación de tapones y orejeras en el caso de ambientes extremadamente ruidosos.
La comodidad de uso y la aceptación varían mucho de un usuario a otro. Por consiguiente, es aconsejable probar varios modelos en el lugar de trabajo antes de efectuar la elección definitiva. En lo que se refiere a las orejeras, se consigue mejorar la comodidad mediante la reducción de la masa, de la fuerza de aplicación de los casquetes y mediante una buena adaptación del aro almohadillado al contorno de la oreja. En lo referente a los tapones, es conveniente rechazar los que provoquen una excesiva presión local.
Cuando se compre un protector auditivo, debe solicitarse al fabricante o al proveedor un número suficiente de folletos informativos en castellano. En caso de que algún trabajador no comprenda esta lengua, deberá ponerse a su disposición la información de modo que le resulte comprensible.
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