Tras casi un año conviviendo con el Covid-19 muchas de nuestras costumbres diarias han cambiado, también en el trabajo.
Dicen que durante la gripe de principios del siglo XX, se adoptaron una serie de medidas de higiene que se quedaron como costumbres en la sociedad de la época y que han llegado hasta la actualidad. Esta nueva emergencia sanitaria en la que nos vemos aún inmersos también ha traído consigo una serie de usos correctos para protegernos de un posible contagio. Estas prácticas han llegado (para quedarse) en todos los ámbitos...hogar, comercios y, por supuesto, lugares de trabajo.
Teletrabajo: supone para el trabajador un plus de comodidad y seguridad ante el contagio, además de la considerable reducción en desplazamientos y la flexibilidad para mejorar la conciliación familiar. Pero no todo son ventajas; es necesario un lugar cómodo, iluminado y exclusivo. Además, es muy importante el uso de un asiento adecuado donde pasar horas sentado y poder mantener una postura correcta. Evidentemente, solo determinados puestos de trabajo permiten esta modalidad.
Señalética: cuando el trabajo es presencial en oficinas y lugares de trabajo, deben estar claramente señalizadas las normas de actuación y las prohibiciones. Marcar visualmente la disponibilidad de puestos de trabajo, asientos y mesas, el uso de las escaleras o el aforo y situación en ascensores…ayudará a que los trabajadores no tengan dudas a la hora de hacer uso de las instalaciones, reduciendo el riesgo de contagio.
Protocolos de actuación ente riesgos laborales:
· Higiene y limpieza: lavado de manos frecuente y evitar en lo posible tocarnos ojos, boca y nariz. Limpieza más exhaustiva de las zonas comunes (comedores, baños, escaleras, ascensores) y de los puestos individuales (mesa, silla, ordenador, teléfono).
· Productos específicos: proveer al personal de los productos de protección e higiene necesarios para un desarrollo seguro de sus tareas. Mascarillas, gel hidroalcoholico, desinfectante de superficies, papel y manteles desechables.
· Gestión de las zonas comunes: es esencial (además de la limpieza) la ventilación permanente de las zonas comunes. Es recomendable evitar aglomeraciones estableciendo turnos; de trabajo presencial y teletrabajo, de entrada y salida, de comida o uso de los comedores. Por último, concienciar a los individuos de la limpieza posterior al uso de las instalaciones y asegurarnos de que cuentan con los medios necesarios a su alcance.
· Uso de uniformes o ropa de trabajo: uno de las máximas que deben tener las empresas es cuidar del trabajador y de la familia del mismo. Es recomendable desinfectar la ropa con la que salimos a la calle al llegar a nuestras casas. Esta labor se facilita si se tiene bien diferenciada y separada la ropa de trabajo de la del día a día. Por este motivo, es recomendable proporcionar a los equipos, uniformes que puedan ser higienizados a altas temperaturas y que no se dañen con productos como sprays desinfectantes.
· Importancia extra de los EPIs: siempre han sido un elemento imprescindible a la hora de desarrollar distintos tipos de tareas. Desde la llegada de la pandemia a nuestras vidas, su uso se ha hecho más necesario si cabe. Además, se ha vuelto primordial su correcta conservación y revisión para que no pierdan sus propiedades protectoras. Productos como mascarillas, pantallas faciales, gafas de protección, elementos desechables como patucos, gorros, batas o guantes, deben formar parte de nuestra rutina laboral ahora más que nunca.
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